Además de la salida de funcionamiento de la planta potabilizadora de Avenida Ramírez, la ciudad enfrenta por estos días otro problema: la turbiedad en el agua que sale por las canillas. Consultado al respecto, el intendente Adan Bahl reconoció que están al tanto de la situación, pero relativizó su efecto en la salud de la población.
“La calidad del agua está absolutamente garantizada”, dijo Bahl a Canal 9 y agregó: “Es cierto que sale, al estar el río un poco más bajo, la captación ha producido un agua un poco más turbia, pero es potable, de muy buena calidad. La estamos tratando con Policloruro de aluminio que es el producto que coagula el barro que tiene el agua y la decanta”.
En declaraciones a Canal 9 Litoral, l intendente reveló que el municipio invierte mensualmente 11 millones de pesos por mes en los químicos que integran ese proceso.
Cloacas. Hace unos días, el titular del Ente Nacional de Obras Hidráulicas y Saneamiento de la Nación, Enrique Cresto había manifestado su preocupación por la falta de una planta de tratamiento de residuos cloacales en la capital provincial. “Es importante que Paraná tenga un buen abastecimiento de agua, pero también una planta de tratamiento de efluentes cloacales. De nada sirve que tenga una gran producción de agua, si no hay un tratamiento de residuos. Ciudades ribereñas como Paraná, Formosa o Posadas no tienen este servicio indispensable y eso es una responsabilidad que debemos tratar en conjunto”, indicó.
De la redacción de Entremediosweb
Foto: Gustavo Cabral/El Diario