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Declaran Monumento Histórico Nacional al del General Urquiza en Paraná

La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación, llevó adelante una iniciativa: seleccionar cien monumentos de mayor belleza e importancia para declararlos monumentos históricos nacionales. Entre ellos, el monumento a Justo José de Urquiza de Paraná.
Un grupo de expertos examinó un inventario de monumentos escultóricos dispersos en el territorio argentino y se seleccionaron 100 de ellos, distribuidos en diferentes puntos del país para declararlos monumentos históricos nacionales.

El monumento a Urquiza que se encuentra emplazado en el parque homónimo de la capital entrerriana está entre los que obtuvo ese reconocimiento, junto a otras estatuas o conjuntos escultóricos.
Las esculturas fueron elegidas de un inventario de entre 450 obras escultóricas, seleccionadas por los miembros de la Comisión Nacional, asistidos por un cuerpo técnico perteneciente a esa entidad y los secretarios de Cultura de las provincias. Participaron también críticos de arte, directores de museos y la Academia Nacional de Bellas Artes.

Urquiza monumento
Elegidos

Un total de 124 esculturas emplazadas en espacios públicos del país fueron declaradas Monumento Histórico Nacional mediante el decreto 769/2019: 63 se concentran en la ciudad de Buenos Aires, 19 en la provincia de Buenos Aires, y nueve en Chaco, sede de la Bienal de Escultura, seguida por Salta y Jujuy, con cinco cada una hasta completar la lista con el resto de las provincias que incluye al Monumento al General Urquiza, en el parque que lleva el mismo nombre en Paraná.

Un estilo europeo

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, muchas ciudades de América Latina decidieron cambiar su paisaje urbano, siguiendo la tendencia de las ciudades europeas, y tomando como paradigma a la ciudad de París, que dominaba el horizonte cultural de la época. El modelo urbanístico a seguir se regía por la apertura de grandes avenidas y la construcción de extensos parques y jardines destinados al disfrute público y a la higiene ambiental, producto de la influencia de los proyectos del Barón Haussmann, que por encargo de Napoleón III, transformaron la imagen de la «ciudad luz» como símbolo del triunfo de la burguesía, la pujanza económica y la modernidad.

Es así que muchos estados latinoamericanos emularon estos conceptos importando proyectos, profesionales, equipamiento y obras de arte, destinados al ornato de edificios y espacios públicos.
En 1836, el gobierno entrerriano de Pascual Echagüe emitió un decreto para edificar una plaza donde existía, hasta entonces, un promontorio de tierra. Se trata de la actual Plaza Alvear. Fue en ese marco que se decidió abrir la avenida a la que se llamo Alameda de la Federación: una calle oblicua al resto del trazado que unía directamente el centro con el puerto.

Su historia

Según recuerda a El Diario Mariana Melhem, delegada en Entre Ríos de la Comisión de Monumentos Nacionales, el Parque Urquiza surgió como una iniciativa del intendente Jaime Baucis quien por medio de una carta solicitó a Dolores Costa, la viuda del General Urquiza, la donación de los terrenos donde él se comprometía a crear un parque en homenaje al primer presidente constitucional de la Nación.
Recién en 1894 la viuda envió a uno de sus hijos para efectuar la donación y un año más tarde comenzó la obra diseñada por el paisajista Carlos Thays. Melhem puntualizó que en 1930 realizaron las reformas pensadas para que el parque pueda ser recorrido en automóvil, que era el bien de lujo por excelencia de la época y aparecieron las tres costaneras.

El monumento a Justo José de Urquiza, tal y como se lo conoce ahora, es producto de un concurso público que ganó el escultor catalán Agustín Querol Subirats. Como el artista murió en plena realización, a la obra la terminó el valenciano Mariano Benlliure.
Esa inesperada sociedad de escultores tuvo a su cargo obras de gran valor artístico en Buenos Aires, como el Monumento de los Españoles, que tiene familiaridad estética con el paranaense.

Fue inaugurado en 1920 y está ubicada en el Parque Urquiza de Paraná en la rotonda que forman las avenidas Alameda de la Federación y Enrique Berduc.
Es el primer grupo escultórico declarado Monumento Nacional, en Paraná ya que el resto de las construcciones que tienen esa categoría son edificios: la Biblioteca Popular del Paraná, Capilla Norte de San Miguel, Casa de Gobierno, Catedral, Escuela Hogar Eva Perón, Escuela Nº 1 Del Centenario, Escuela Normal José M. Torres, sepulcro del General José M. Galán, sepulcro de Manuel Leiva, Senado de la Confederación (actual Colegio Nuestra Señora del Huerto), y Teatro Municipal 3 de Febrero.

Una construcción imponente

Es uno de los monumentos más imponentes de la región y del país. Se inauguró en 1920 con un gran acto que contó con la presencia de veteranos de la Batalla de Caseros. La obra de mármol y bronce es un gran basamento de cuatro caras que testimonian la vida pública del Gral. Justo José de Urquiza: Batalla de Caseros, Constitución Nacional, Acuerdo de San Nicolás.

Su construcción fue iniciativa de una comisión popular que se formó para tal fin con vecinos destacados de la ciudad, y convocó a un concurso del que participaron los más grandes escultores de la época (incluida Lola Mora).
Finalmente, el ganador fue el escultor español Agustín Querol, quien falleció antes de terminar su obra. Había completado la base del monumento de mármol con sus bajos y altos relieves por lo que su sucesor, Mariano Benlliure y Gil debió realizar la estatua ecuestre de Urquiza, en bronce.

Características

El monumento es imponente y soberbio en sus dimensiones, mide 17 metros de altura. Llegó a Paraná en 88 partes diferentes el 22 de febrero de 1910 al puerto de la ciudad.
Un decreto de la Gobernación de Entre Ríos del 1º de julio de 1920 dispuso la inauguración del Monumento al Gral. Urquiza y fue el 11 de noviembre de 1920, aniversario de la firma del Pacto de Unión Nacional, que se inauguró con gran júbilo y una concurrencia multitudinaria con la presencia de las máximas autoridades nacionales, provinciales y municipales, familiares y descendientes, sobrevivientes de la Batalla de Caseros, delegaciones extranjeras y el pueblo de Paraná que participó durante toda la jornada de los múltiples actos que se desarrollaron, como el gran desfile.

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