Las mediciones de la Prefectura Naval Argentina daban cuenta esta mañana de domingo que el río Paraná llegó a los 0,76 metros en el puerto local, una marca menor a la pronosticada por los especialistas del Instituto Nacional del Agua que habían calculado 0,75 para mediados de la semana próxima. Los mismos expertos dijeron esta semana que hacia fines de abril, las mediciones rondarán los 60 centímetros, con lo que el panorama puede ser aún más difícil y preocupante.
Esta situación provoca problemas en varios aspectos: hay límites para la circulación de ciertas embarcaciones, riesgos para otras actividades y probables complicaciones en el suministro de agua en algunas ciudades. En ese sentido, la Municipalidad de Paraná anunció obras de canalización para mantener el bombeo de agua hacia las plantas potabilizadoras. Los buzos de la Policía destaparon los filtros de ingreso de agua que estaban cubiertos de barro, debido también a la bajante. Por ahora la situación está controlada.
Fauna. Otros aspecto que preocupa es la fauna del lugar. “Los animales no tienen madrejones donde esconderse o donde cuidar a sus crías de los cazadores”, denunció la agrupación El Paraná no se toca. Y agregó en la cruda descripción: “Los peces no tienen lagunas crecer y se concentran en el cauce principal a merced de los pescadores. Además, las aguas cuentan con menos capacidad de carga para recuperarse de los contaminantes, como los agroquímicos, los deshechos cloacales, o los residuos industriales”.
