El juez de Garantías, Mauricio Mayer, decidió este viernes prorrogar por 90 días la prisión preventiva de Jorge Nicolás Martínez, único imputado por el femicidio de Fátima Florencia Acevedo, ocurrido el 1 de marzo de 2020 en Paraná.
Esta acusado de «lesiones graves en grado de tentativa agravado por el vínculo, defraudación especial y homicidio agravado por tratarse de su ex pareja y en un contexto de violencia de género».
El magistrado entendió que los riesgos procesales -entorpecimiento de la causa y peligro de fuga- persisten, motivo por el cual el acusado permanecerá en la Unidad Penal Nº 1 de la capital.
La audiencia se desarrolló esta mañana en Paraná, un día después de que los fiscales Ileana Viviani y Leandro Dato solicitaran la elevación a juicio del femicidio y adelantaron que pedirán que el acusado sea condenado a «prisión perpetua».
En su fundamentos para solicitar la extensión de la prisión preventiva, la fiscal Viviani recordó que la relación entre la víctima y Martínez estuvo marcada por la «agresión, manipulación y violencia física y psicológica» por parte del acusado, quien intentó arrojarle a la joven ácido muriático a la cara; afiló una cuchilla intimidándola y numerosas amenazas verbales.
La fiscal recordó que desde el 11 de febrero Fátima había recibido un botón antipánico y se había mudado a la Casa de las Mujeres de Paraná, luego de haber denunciado a Martínez por intentar extraer dinero con sus tarjetas de cobro.
También contó que el 1 de marzo a las 8, la joven se retiró de la residencia, tomó un remis y bajó en la casa de Martínez, quien «días previos le prometió, de manera insistente, que le iba a comprar un celular pero que tenía que ir a su domicilio».
Entre las 15 y 17 se dirigieron hasta un aljibe donde la estranguló y le ocasionó la muerte por asfixia y arrojó el cuerpo al aljibe, según la acusación fiscal.
Viviani también recordó que el imputado intentó manipular el celular de Fátima y en las notas de su propio teléfono creó mensajes «haciéndose pasar por ella donde aseguraba que había dejado Paraná y viviría en otra ciudad buscando una nueva vida».
En tanto, el fiscal Dato pidió mantener detenido a Martínez, tras asegurar que los peligros de fuga y entorpecimiento de la investigación «siguen presentes».
«Está claro que está dispuesto a dar muerte a personas, tiene descaro y frialdad, no le importó ni siquiera la persona con la que tuvo un hijo, y necesitamos que los testigos estén no intimidados, vivos y tranquilos», consideró.
Respecto a una prisión domiciliaria, aseguró que su grupo familiar «no da ninguna garantía» y que también su madre «dio testimonios inverosímiles».
Por su parte, la abogada querellante María Alejandra Pérez adhirió al pedido fiscal y agregó que «no hay límites en la posible colaboración de su familia hacia Martínez».
A su turno, el abogado defensor no compartió «la interpretación de las pruebas» y señaló que el imputado «va camino a los 200 días de prisión», tiempo en el que «no hubo amenazas hacia los testigos desde Martínez o la familia», por lo que pidió la prisión domiciliaria.
El juez pidió «asegurar que el tránsito hacia el juicio sea lo más limpio posible» y dijo que la posibilidad de fuga y de entorpecimiento son presunciones «lógicas» que se solventan en «los rasgos personales de Martínez, su comportamiento de evasión y la mecánica» de los hechos.