En los agobiantes días de enero, la peatonal San Martín de Paraná luce desolada, sin la sombra que daban las pérgolas y las antiguas palmeras Pindó que la anterior gestión retiró y que, en gran parte, no fueron reemplazadas.
De hecho, la obra de remodelación del más importante paseo comercial de la ciudad quedó inconcluso y muchos aspectos del cambio propuesto, pendientes.
Las obras de refacción y puesta en valor de la Peatonal y plazas incluían el cambio de equipamiento, luminarias, liberación del centro de la peatonal para ingreso de ambulancias o bomberos, reforestación con palmeras más pequeñas y construcción de lugares de sombra con lonas tensadas.
También se incluía la instalación de señalética digital para brindar información, la incorporación de fuentes secas, iluminación LED, espejos de agua, e instalación de estructuras para generar sombra. Sin embargo, el proyecto no se finalizó y la peatonal quedó desierta.
Cambio. “Las que había eran palmeras con un muy buen desarrollo, que habían pasado el período crítico del crecimiento. Proporcionaban sombra, frescura y tenían un anclaje estético, emocional y ecológico con la peatonal. Eran de una especie muy bien indicada, porque no habían producido ninguna rotura, a pesar del mal mantenimiento”, consideró Gustavo Barbera, paisajista urbano de reconocida labor en el medio.
El viverista explicó que “se las reemplazó por una especie de palmeras llamadas Seafortia elegans, de porte mucho más chico que no van a proporcionar mucha sombra, a pesar de que se las compró grandes, seguramente a un precio mayor”.
Del análisis del profesional se desprende que se cambió algo que daba buen resultado, sin gasto para el municipio, por una variedad que no es la mejor y que tuvo un costo mayor.
Presupuesto. Para la tarea proyectada, la Comuna presupuestó más de 240 millones de pesos, con un plazo de ejecución de 18 meses corridos a partir de enero de 2019.
Por ahora, vecinos y comerciantes observan con preocupación que el avance de las obras se encuentra paralizado y que no hay señales de continuidad. Así, el paseo comercial por excelencia de la ciudad luce desértico y despoblado, en un agobiante momento del verano.
