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Los Etchevehere hicieron un asado y lanzaron fuegos artificiales

Los integrantes del Proyecto Artigas salieron del predio donde se encuentra Casa Nueva a las 19 de este jueves, tal como Juan Grabois había anticipado en un video, y Dolores Etchevehere quedó detenida por resistirse a dejar el lugar: “No voy a salir de acá, me van a tener que sacar muerta”, había expresado tras conocer el fallo.

El próximo paso, cuando el campo quedó libre, fue el ingreso de Luis Miguel Etchevehere y el resto de sus hermanos y personas cercanas a la familia que los estuvieron apoyando. El ex ministro de Agricultura durante el macrismo y su hermano Juan se sentaron en las escalinatas de la casa mientras un familiar encendió fuegos artificiales para festejar que, por ahora, el conflicto terminó.

Los presentes fueron autorizados a ingresar al predio para que Leonor Barbero, madre de Luis Miguel, Juan, Sebastián y Dolores, tome posición frente a un escribano y de esta forma hacer efectiva la resolución dictada por la jueza Carolina Castagno.

Según contó a Infobae el ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, una vez que ingresaron a la casa el lugar se encontraba revuelto. “Me sentí violentado, pero más allá de esa situación vamos a pasar la noche acá”, relató.

Apenas se entra a la estancia está la huerta que, con imágenes satelitales, se había detectado días anteriores cuando la casa estaba usurpada. Al ver lo que los miembros del Proyecto Artigas habían hecho, Luis Miguel Etchevehere afirmó que no calificaba como una huerta para generar alimentos y subsistir. Estaba recién empezada y los hermanos la caminaron, escarbaron y sacaron los plantines que estaban. Coincidieron que era muy poco avance para dos semanas instalados allí.

Incomodidad

También hablaron sobre la incomodidad que les generaba saber que habían estado viviendo allí pero ratificaron que igualmente pasarían la noche como una sensación de victoria. Hicieron referencia a algunos destrozos y cosas cambiadas de lugar.

Los ruralistas que acompañaron a los hermanos Etchevehere encendieron leñas y cocinaron un asado. Mientras eso ocurría bajo un sol caliente y comenzaban a girar por el lugar sándwiches de cordero, efectivos del equipo de fuerzas especiales de la Policía de Entre Ríos arribó al ingreso de la estancia.

En medio de la llegada de los efectivos, un tractor se puso en marcha y se acercó a la puerta pegada a la del ingreso encadenada, que también estaba cerrada con un candado, y Sebastián Etchevehere, uno de los hermanos, como acto simbólico, la abrió. “Ahora sí, volvamos a trabajar”.

Con las primeras sombras de la noche, hubo fuegos artificiales en el cielo del campo entrerriano.

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