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Melón: qué tener en cuenta a la hora de comprarlo

Pariente cercano del zapallo y la sandía, el melón conquistó al mundo con su exquisito aroma, delicadísimo sabor y cualidades tan peculiares que le permiten participar en un menú desde la entrada hasta el postre, o componiendo licuados con su exquisito jugo.

Desde la refrescante tajada de melón condimentada con sal y acompañada con delgadas fetas de jamón crudo, hasta espolvoreado con azúcar o jengibre en polvo, para componer un postre original y sano, el melón ha logrado ocupar un bien merecido lugar en la gastronomía contemporánea, luego de remontar una historia nada corta por cierto.

Proviene de una planta rastrera, de hojas grandes con cinco puntas salientes y flores pequeñas y frágiles, que pueden ser de color blanco, amarillento o anaranjado.

Hay melones redondos, ovales y alargados, cuyos diámetros se mantienen siempre entre los 20 y 25 centímetros. La cáscara puede ser lisa, rugosa o con nervaduras en forma de red, según sea la variedad del melón, al igual que la pulpa, que cambia de color pero rara vez es insípida o aguachenta.

Del amarillo al verde oscuro y jaspeado, los melones están presentes en el mercado a partir de la primavera, y es en verano y a principio del otoño cuando están en su mejor momento. Tanto solos como acompañando otros alimentos los melones ofrecen múltiples posibilidades gastronómicas.

VALOR NUTRITIVO

El melón posee propiedades refrescantes, por lo que es ideal en épocas de mucho calor. El 90 % de su composición es agua, aunque no le faltan vitaminas A, C y E, ni minerales tales como el calcio, fósforo y hierro, todo lo cual lo hacen apto en las dietas de adelgazamiento.

¿CÓMO SE COMPRA?

Un melón maduro presenta las siguientes características:

1) Al presionar los polos con los dedos, tienen que ceder levemente.

2) Las semillas deben estar sueltas, lo que se comprueba sacudiendo el melón para percibir el sonido.

3) La cáscara debe ser firme, de color fuerte y sin ralladuras, partes blandas, magulladuras oscuras ni perforaciones de insectos.

4) El perfume debe ser suave y agradable. Para que se mantenga en buen estado durante una semana como mínimo, fuera de la heladera, el lugar tiene que ser fresco y aireado. Los melones muy maduros se guardan en la heladera y, en caso de estar ya cortados, dentro de bolsas de polietileno o envueltos en papel de aluminio, para impedir que su perfume se propague a otros alimentos, o que absorban los olores de éstos. Siempre que se desee acelerar la maduración de un melón, se lo debe dejar fuera de la heladera, envuelto en papel de diario, durante 1 o 2 días.

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