Esteban Quinodóz, presidente del club Patronato, habló sobre la situación de Nicolás Albarracín, el jugador que fue denunciado por su pareja por un hecho de violencia de género de gran trascendencia mediática y judicial en Uruguay y que se sumó esta semana a las filas del primer equipo rojinegro.
“Patronato tiene una trayectoria ayudando a los que lo necesitan. ¿Cuál es el destino de alguien que se equivoca? No puede volver a trabajar o hay que darle una oportunidad? Nosotros queremos darle otra oportunidad, ayudarlo, como ayuda el Patronato de liberados a los que se equivocan, cumplen una condena y reinician su vida”, definió Quinodoz en una entrevista realizada en el programa radial La fiesta del fútbol.
Quinodoz dio un paso más en la relación con la doctrina religiosa y afirmó: “Nosotros somos iguales, pertenecemos al (Padre Bartolomé) Grella, a la Iglesia. Y la Iglesia no es de los santos, es de los pecadores”, definió.
El presidente de la institución paranaense aclaró que “el Club desaprueba toda conducta que involucre un hecho de violencia de cualquier tipo” y , en ese sentido, reveló que la contratación de Albarracín significó un profundo estudio del caso. “Lo meditamos mucho, hicimos muchas consultas en Uruguay y en Argentina y llegamos a la conclusión de que no hay obstáculo para firmar el contrato”.
Cláusulas
Sobre el contrato, precisamente, el dirigente contó que existe una cláusula de rescisión en caso de que el jugador recaiga en situaciones de violencia.
“Cuando sucedió lo de Lucas Mancinelli -otro jugador denunciado por su pareja-, nos pusimos a disposición de la señora porque creíamos que debíamos estar del lado de la víctima. En ese momento, no estaba previsto en los modelos de contrato este tipo de hechos”, comparó.
“Hoy, en los contratos se prevén estas cuestiones. Y pueden rescindirse ante un caso como este y otros tipos de actos de violencia que están presentes en la cultura en general y en el fútbol también, como la discriminación, la violencia psicológica, el hostigamiento y otras”, enumeró.
Quinodóz dijo que para el caso de Albarracín, se incorporaron algunas otras cláusulas que incluyen herramientas de ayuda como talleres y asistencia psicológica.
“El jugador es una persona, en apariencia, correcta. Tiene la capacidad de reconocer sus errores y la voluntad de no repetirlos”, consideró el dirigente. Y agregó: “Albarracín no es un loco, es un muchacho centrado que no pudo resolver una situación con razonabilidad”.
Finalmente, Quinodóz valoró: “Entendemos que esta contratación que realiza Patronato sirve también para llevarle tranquilidad a la propia denunciante, porque el jugador no va a estar cerca suyo”.
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