Los primeros informes de coronavirus prolongado indicaban que las mujeres son más propensas a padecer la enfermedad con este criterio.
Esas pruebas en un hospital de París entre mayo y julio de 2020 sugirieron que la edad promedio era de alrededor de 40 años y las mujeres afectadas por los efectos a largo plazo del coronavirus superaban en número a los hombres en una proporción de cuatro a uno.
Se hizo evidente una desigualdad de género similar en todo el mundo en los últimos 12 meses. Se vio en pacientes con Covid-19 prolongado monitoreados por hospitales en Bangladesh y Rusia, pasando por la aplicación Covid-19 Symptom Tracker, el estudio Phosp-Covid-19 en todo el Reino Unido que evalúa el impacto a largo plazo de la enfermedad, hasta las notas médicas de clínicas especializadas de atención postcoronavirus tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido.
La doctora Sarah Jolley, directora de la clínica de atención post-COVID-19 de UCHealth en la ciudad estadounidense de Aurora indicó que alrededor del 60% de sus pacientes han sido mujeres.
El investigador del Instituto Karolinska en Suecia, el doctor Petter Brodin, quien lidera el departamento de Covid-19 prolongado del consorcio global Covid-19 Human Genetic Effort, sospecha que la proporción total de pacientes femeninas con Covid-19 prolongado puede ser incluso mayor, potencialmente del 70-80%.
“Este patrón se ha observado en otros síndromes posinfecciosos”, señaló la doctora Melissa Heightman, que dirige la clínica de atención post-Covid-19 de UCLH en el norte de Londres. Y completó: “Alrededor del 66% de nuestros pacientes han sido mujeres. Muchas de ellos tenían trabajos de tiempo completo, tenían hijos pequeños y ahora más de una cuarta parte de ellos no pueden trabajar por completo porque se encuentran muy mal. Económicamente, es un poco catastrófico”.