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Una anaconda amarilla generó temor en el baneario de Piedras Blancas

Los bañistas que se encontraban este martes en el balneario municipal de Piedras Blancas entraron en pánico cuando avistaron una víbora que se acercaba nadando rápidamente hacia la playa.

El ofidio salió del agua y quedó en la costa, cerca de las sombrillas hasta que un guardavidas la retiró del lugar.

Afortunadamente no la dañaron y la devolvieron al hábitat natural ya que se trata de una curiyú o anaconda amarilla, una especie que está en extinción en la región.

“Es una especie inofensiva”, indicó a Uno el biólogo Alfredo Berduc. “Su nombre científico es Eunectes Notaeus, se la llama también anaconda amarilla, es una boa constructora que en ese tamaño no representa peligro alguno. Si se la hostiga puede morder pero no tiene veneno y no es peligrosa para los seres humanos”, amplió.

Por otra parte recalcó que se trata de una especie en peligro de extinción y es rara su presencia en la zona. “Llega desde el norte donde las temperaturas le dan chances de reproducirse. Puede haber llegado en un camalote, ahora que el río está creciendo un poco”, apuntó.

El destino de la «anaconda»

El intendente de Piedras Blancas, Jorge Fabricio Gino Mesquida, señaló que el más grande de los boídeos argentinos es «inofensivo».

«Algunas de las personas que estaban disfrutando de nuestras playas durante el último fin de semana se alarmaron para la aparición de la curiyú. Ante esta situación, el cuerpo de guardavidas actuó de manera inmediata, capturándola y depositándola sana y salva en la reserva natural El Brete que es un área protegida».

«Queremos aclarar que esta especie de serpientes no son venenosas y no representan riesgos para las personas, siempre y cuando no las molesten ni les hagan sentir que están en peligro», remarcó el jefe comunal.

El intendente de Piedras Blancas posa con la curiyú.  

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