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Una entrerriana es parte de un equipo que desarrolló un tratamiento para pacientes con COVID-19

Roxana Alasino, egresó de la Escuela Normal de Feliciano y se recibió de bioquímica en Córdoba. Junto a científicos de la ciudad mediterránea lograron un producto para nebulización, a base de ibuprofeno modificado, con el cual lograron revertir los casos de coronavirus en el 70 por ciento de los pacientes menores de 50 años. No es una vacuna, pero sí es un gran paliativo para quienes padecen COVID-19.

Dante Beltramo, Roxana Alasino y Luis Argañarás, desarrollaron el producto pensado para fibrosis quística que ahora se prueba en Covid-19.

Beltramo, investigador del Conicet en el Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor), explica que el ibuprofeno es una vieja droga conocida con efecto bactericida.

«Tiene muchas propiedades, pero es insoluble en agua. Nosotros logramos que sea soluble (ibuprofenato de sodio) y creamos una solución hipertónica (con alta concentración de sal) para nebulizar a pacientes con fibrosis quística», relata.

La droga inactiva las bacterias que complican los cuadros de esta enfermedad, según estudios realizados in vitro y en animales por el equipo de Beltramo. Pero el Sars Cov-2 es un virus.

«Con Roxana Alasino (Conicet y Ceprocor) ya habíamos hecho experimentos en laboratorio para demostrar que también inactiva virus, aunque no los publicamos. Por eso decidimos probarlo contra el Covid-19», cuenta Beltramo.

El objetivo era que la nebulización redujera la carga viral que tienen los pacientes en las vías aéreas. «El ibuprofeno se intercala en la membrana lipídica del virus, lo inactiva y evita que se replique. Funciona como un jabón», cuenta el investigador.

Pero en la bibliografía también encontraron que la droga controlaría los mecanismos de entrada del virus a la célula. «Puntualmente actúa sobre la actina, una proteína que les da estructura a las células. Son trabajos de modelización y también experimentos con ibuprofeno para tratar ébola con buenos resultados», agrega.

El tercer efecto es el más conocido del ibuprofeno: su poder antiinflamatorio, que está potenciado por ingresar al pulmón en presencia de una alta concentración de sal. «El Sars Cov-2 produce una inflación en pulmones. A veces se transforma en una hiperinflamación, que es la que produce los casos más graves», dice Beltramo.

Y agrega que la nebulización está pensada para aflojar la mucosidad presente en los pacientes con fibrosis quística, un efecto también deseado en casos con Covid-19. «La acumulación de mucosidad y células muertas del sistema inmunitario es la que tapona los pulmones y provoca dificultades para respirar», explica.

Luis Argañarás, socio gerente de Química Luar y la «pata» privada de este desarrollo, explica que antes habían probado el tratamiento en un paciente con fibrosis ideopática y en varios con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc).

Y hasta ahora lo probaron en cinco pacientes con Covid-19 a través de un protocolo de uso compasivo. Primero fueron tres personas jóvenes con síntomas leves o asintomáticos.

«Tras cinco días de nebulización, el hisopado dio negativo y revirtieron síntomas como la pérdida del olfato», comenta Argañarás.

Luego vinieron dos pacientes de más de 75 años que ingresaron a un hospital con un 80 por ciento de saturación de oxígeno.

«Necesitaban respirador. En cinco días estaban impecables. Los médicos no lo pueden creer. En un día, el nivel de saturación subió a 97 por ciento con asistencia de oxígeno y a los tres días llegó a 95 por ciento sin asistencia», apunta Argañarás.

«Cinco de cinco está bárbaro, pero son pocos casos y no es estadísticamente significativo, aunque entusiasma», asegura Beltramo.

Regulación innovadora

Para lograr más resultados, la Provincia de Córdoba permitirá probar el tratamiento en los pacientes con Covid-19 que se internen en el hospital San Roque de aquel distrito.

«El Ministerio de Salud de Córdoba entendió el tratamiento enseguida y comprendió que había que arriesgar para innovar», explica Beltramo. La cartera de Salud aprobó un mecanismo de uso compasivo ampliado que es evaluado por un comité externo. Se encarga de analizar la eficacia y la seguridad del tratamiento. Recomendó al ministerio que se realizara una prueba piloto de 40 pacientes.

«Covid-19 no tiene tratamiento específico, entonces surge la necesidad de recomendar medicamentos que no están aprobados», indicaron desde el Ministerio.

Motivación personal

«Mi sobrina falleció de fibrosis quística a pesar de que fue trasplantada. No quería irme de este mundo sin aportar un granito de arena», recordaba Beltramo en una nota con La Voz de Córdoba de 2018.

Esa motivación sigue aún presente en el científico. «Esta oportunidad que nos da la pandemia nos va a permitir avanzar. Ya sabemos que es una formulación segura y que quizá sirva para tratar no sólo a pacientes con fibrosis quística, sino otras patologías como Epoc. La pandemia será larga, pero va a pasar; en cambio, esas enfermedades seguirán», asegura Beltramo.

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