17.7 C
Paraná

Una reconocida marca de alfajores utilizará trigo transgénico

Bioceres, empresa nacional del sector biotecnológico agropecuario, anunció un acuerdo con Havanna, conocida empresa del rubro alimenticio, para desarrollar productos basados en trigo transgénico HB4, resistente al glufosinato de amonio. Luego de darse a conocer la noticia, organizaciones sociales y algunas agrupaciones manifestaron su repudio y criticaron la iniciativa al tratarse de un acuerdo que no mejoraría, en absoluto, las condiciones alimentarias de la población. El hashtag utilizado en redes sociales fue #ChauHavanna.

En una de las publicaciones, detallaron que Havanna tiene la intención de desarrollar productos a base de trigo transgénico HB4. Vale la pena recordar que la incursión en este tipo de prácticas alimentarias y comerciales viene desde el 7 de octubre de 2020, cuando la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca aprobó la resolución 41/2020 por la cual se permitió incorporar la tecnología HB4 al trigo, produciendo una mutación genética que permite a la planta resistir a las sequías y al Glufosinato de Amonio.

En aquel entonces, la autorización para comercializar el trigo transgénico de Bioceres estaba supeditada a la aprobación del mismo en Brasil, principal destino de las exportaciones nacionales del bien mencionado. Una vez que dicho país apruebe el ingreso de alimentos con esta base, el mercado comenzaría a moverse internacionalmente, y el pan con agroquímicos llegaría a nuestra mesa.

En redes sociales se volvió tendencia el hashtag #ChauHavanna, y desde muchos sectores se evidenció un gran rechazo. Por ejemplo, la Unión de Trabajadores de la Tierra publicó: “¿Sabias que Havanna quiere hacer sus alfajores con trigo transgénico resistente al glufosinato de amonio? Se trata del flamante HB4, el primer trigo transgénico del mundo. #ChauHavanna”. Soledad Barruti, periodista y autora de “Mala Leche” y “Mal Comidos”; Enrique Viale, abogado ambientalista y otros colectivos se manifestaron en Twitter utilizando el hashtag mencionado.

El acuerdo 

El objetivo de la unión entre los dos grupos empresarios es el desarrollo de alimentos con esta base tecnológica, que implica la mutación genética de las plantas para que las mismas adquieran cualidades diferentes a la de origen. En este caso, el trigo HB4 tolera la sequía, pero además soporta y sobrevive al glufosinato de amonio, un herbicida “de recambio” al Glifosato, más potente y devastador.

En los términos del acuerdo se vislumbra “un uso más eficiente del agua y una mayor fijación de dióxido de carbono que un trigo convencional”. Los productos, por otro lado, contarán con toda la información para el consumidor: desde sus componentes hasta el impacto de la huella ambiental. Asimismo, los representantes de ambas corporaciones señalaron que “el acuerdo impulsa un camino de innovación y trabajo conjunto entre dos compañías de primera línea que buscan llevar productos de alta calidad a la mesa de los consumidores y ampliar el acceso a la información dentro de la industria alimenticia”.

Daniel Scioli, embajador de Argentina en Brasil, publicó en su cuenta de Twitter el encuentro que mantuvo con el CEO de Bioceres, Federico Trucco, y sostuvo que “el acuerdo generará un producto mucho más resistente a la sequía y a las adversidades climáticas”. Por otro lado, el funcionario detalló que hay charlas avanzadas en el país carioca para que se apruebe, en breve, la comercialización de este tipo de Trigo.

Impactos ambientales: una necesaria aclaración

Por un lado, la Sociedad Argentina de Nutrición señaló que “hay evidencia reunida a la fecha de que los alimentos derivados de cultivos transgénicos demostraron ser seguros, tanto para la salud humana como para la animal”. En su análisis, consideraron que “los principios de seguridad alimentaria y ambiental están presentes en todas las etapas de decisión que acompañaron el desarrollo de los cultivos genéticamente modificados”. Por último, indicaron que “la continuidad de un sano debate en esta temática aumentará el intercambio entre diferentes sectores y mejorará la calidad de la información que llegue al público”.

Pero no todo es tan simple como se lo percibe. Desde una primera instancia, el trigo transgénico de esta tecnología HB4 es resistente al glufosinato de amonio. ¿Qué quiere decir esto? Que es resistente a un herbicida que mata a todo lo que se encuentre en su camino. Por lo que es consecuencia directa que aumente el uso de agroquímicos en las plantaciones de trigo a nivel nacional, práctica que iría en contra de la misma política pública anunciada por las autoridades gubernamentales y ministeriales en la “Agenda Verde”.

La implementación de una técnica moderna sobre la naturaleza busca aprovechar el estado de crisis hídrica que sufre el territorio nacional, en gran medida por el abuso de agua en distintos puntos de la industria extractiva, como la minería y este tipo de prácticas del agro. Lo que no se toma en cuenta de estos procesos de manipulación genética es que es la misma política de extracción a gran escala, sumado a la utilización de fitosanitarios, herbicidas y agrotóxicos, la que avanza hacia un cambio climático y en contra de la sustentabilidad ecosistemática y de los suelos, y de la soberanía alimentaria.

Un estudio, publicado en 2017 por la Revista Conflictos Ambientales de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya autoría pertenece a Cecilia González Calixto, María Elena Moreno Godínez, Mreiya Maruris Reducindo, María Elizabeth Hernández Ochoa, Betzabet Quintilla y Mayrut Actosa, sostuvo que, en ratones, “la exposición a Glufosinato de Amonio induce incrementos en la incidencia de partos prematuros, anormalidades y abortos en hembras preñadas, así como un retraso en el desarrollo del cigoto de preimplantación”. Asimismo, la OMS lo catalogó como “moderadamente peligroso (Grupo II)”.

Damián Marino, el licenciado en Química y experto en temáticas ambientales, explicó que “para dimensionar, mientras que la ingesta diaria admitida “segura” de glifosato según la FAO es 0,3 miligramos por kilo, para el Glufosinato es de 0,02 miligramos por kilo (de peso corporal), lo que implica 15 veces menos”Los efectos del agroquímico son conocidos, y cabe destacar que la comunidad científica lo ha catalogado como neurotóxico, así como también, en suelos arenosos, por ejemplo, es persistente y móvil. Añadió que este “es tóxico para los microorganismos beneficiosos del suelo, es una amenaza para las plantas silvestres, es tóxico para algunos organismos acuáticos, y puede aumentar la lixiviación del nitrógeno en los suelos”, es decir, el desplazamiento de dicho componente por la superficie del terreno.

Hacer foco en la “resistencia” a la crisis hídrica es tapar al sol con el dedo índice. No se trata, meramente, de la posibilidad productiva en terrenos secos. Sino que encubre la aplicación del Glufosinato de Amonio, más tóxico que el glifosato y que incrementa los niveles de amonio en las plantaciones, y la proliferación en el uso de agroquímicos a nivel nacional . Andrés Carrasco, ex presidente del CONICET y referente en estudios sobre agrotóxicos y sus consecuencias, detalló en vida que el glufosinato en animales se ha revelado con efectos devastadores. En ratones produce convulsiones y muerte celular en el cerebro. Con claros efectos teratogénicos (malformaciones en embriones). Todos indicios de un serio compromiso del desarrollo normal”.

La UTT, en relación a la resolución 41/2020, emitió un comunicado en relación a la normativa, y aclaró que “al 40,9% de pobreza, a la emergencia alimentaria y al ecocidio sobre nuestros bosques, los combatimos con agroecología y acceso a la tierra, no con pan transgénico. Repudiamos la aprobación en la Argentina de un nuevo trigo transgénico”. Por otro lado, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, expresó que se trata de una tecnología “que permite obtener semillas más tolerantes a la sequía, minimizando pérdidas de producción”. Añadió, también, que “la ciencia argentina empieza a ser más visible”. Desde algunas instituciones nacionales se mostraron a favor de la resolución, así como también el CEO de Bioceres, Federico Trucco, quien mencionó que “Argentina se animó a liderar este proceso de transformación tecnológica a nivel internacional, llevando la ciencia argentina a lo más alto del mundo en la biotecnología agrícola”.

El lobby se vive a flor de piel en esta temática, y las expectativas empresariales para la aprobación definitiva del proyecto son grandes, ya que es la puerta de entrada a la comercialización internacional de transgénicos. (Por Juan Patricio Méndez, columnista de Ambientalismo en Abramos la Boca / Radio Gráfica)

Más leídas
En esta misma categoría
Nuestras redes
Relacionadas
Te puede interesar