Las familias de Puerto Sánchez en Paraná, en su gran mayoría viven de la pesca o de actividades relacionadas a ella y en los últimos meses ven afectada notablemente su economía. Por un lado, está la histórica bajante del río Paraná y por el otro, el aislamiento social preventivo y obligatorio por el COVID-19 que afecta la venta del producto.
En declaraciones al programa Día a Día de Gigared Paraná, Mariana Ríos, presidenta de la Comisión Vecinal Puerto Sánchez, en cuanto a la bajante explicó que «las lluvias de las últimas semanas casi no impactaron en la altura del río. Todo sigue prácticamente igual. Hay especies que no se consiguen y otras que cuesta mucho más que antes sacar«, comentó.
Por otro lado, al ser consultada sobre los efectos del aislamiento preventivo en la actividad, Ríos sostuvo que «si bien podemos vender porque se trata de un producto alimenticio, no es lo mismo porque la gente no se acerca al barrio y generalmente si el comprador no ve el pescado no suele comprar a través de internet. Por eso estamos en una situación económica muy compleja», sintetizó.
Veda a la pesca
En las últimas semanas, sectores ambientalistas y políticos, como el caso de dos integrantes del Parlasur de Misiones, piden que Entre Ríos y Santa Fe se sumen a la «veda total» que ya rige en Misiones y Corrientes.
Desde el gobierno entrerriano se descartó una medida de este tipo porque al igual que en la vecina provincia «se prioriza el aspecto social» ya que serían unas 500 familias que viven de la pesca artesanal.
Al ser consultada sobre el tema, la dirigente barrial destacó la decisión de la administración de Gustavo Bordet, y aseguró que «una veda a la pesca sería catastrófica para las familias de Puerto Sánchez».
En ese sentido, si bien aseguró que entiende «a quienes están en contra de la depredación y defienden el recurso natural, el problema no somos nosotros, sino las industrias. Hay familias que viven de la pesca, prohibirles la actividad sería quitarles su medio de subsistencia», sostuvo.